El Procurador General de Texas Ken Paxton encabezó una coalición de 12 estados para desafiar el plan de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency, EPA) para prohibir todos los usos del asbesto crisotilo. Al hacerlo, la EPA se basa en datos antiguos y a menudo obsoletos para llegar a su conclusión radical de prohibir la sustancia, e ignora las consideraciones científicas, económicas, legales y constitucionales que van en la dirección opuesta. La decisión de la EPA se basa en la mala ciencia y afectará negativamente el agua potable de los estadounidenses, así como a las industrias del plástico, los bienes de consumo, las industrias farmacéuticas, de suministros médicos y petroquímicas con valor de cientos de miles de millones de dólares.
"Prohibir una sustancia que se ha utilizado durante décadas en base a datos que al mismo tiempo están subdesarrollados y obsoletos refleja una prisa por juzgar que tememos que tenga consecuencias a largo plazo, no solo en la economía sino en la seguridad de los estadounidenses", dice la carta de comentario.
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